Andaré por ese suelo marchito
y gozaré con el crujido del alba
cuando los vientos sureños
anuncien su nueva llegada
El paso será lento pero firme
sin rigidez en la mirada
con la frescura matutina
cantaran las golondrinas
Junto a la soledad inquebrantable
buscaré el camino y los senderos
el césped húmedo y esplendoroso
bautizará mi desnudez, pudoroso
Si por casualidad allí te encontrara
sosegada y ensimismada
no despiertes de tu sueño
serás dulce flor y yo seré tu dueño
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