jueves, 5 de junio de 2008
Niño compadrito
Despertó con la nube
encerrado en la habitación
tan fría, tan oscura
de la resignación.
Se rascaba el recuerdo
que dió en erupción
con las manos maternas
asi fue que se calmó.
El llanto maternal
asi lo envolvía
y buscaba curitas
para sanar el dolor.
Llevaba consigo un muñeco
que un día su padre regalo
acariciaba su pelo
y darle vida deseó.
Salía esquivando valdosas
y al mercado central llegó
la soledad no es tan mala
cuando el barrio lo acompañó.
Un día como todos
un caracol gigante se poso
en el balcon de la vida
su huella marcada dejó.
Rodillas mugrientas quería
y su mamita siempre negó
pitucones y colonia barata
mas una flor rota en su corazon.
Por las noches buscaba el misterio
de una salida mejor
mirando sus manitas
el futuro se disparó.
Escalera eterna al cielo escaló
llegando a la terraza
el purgatorio lo esperó
mas un lugar no encontró.
Hoy anda suelto por los Pasajes
vestido de sombra se oculta
en la esquina, o en un rincón
esperando la vida pasar.
Ya está viejo y muy sabio
los niños le dicen sátiro
y las mujeres sueñan
verse con él en un hotel.