jueves, 31 de julio de 2008

La visita..



Vamos llegando, y a lo lejos se divisa la casita vieja, llena de pasado. Por esa calle cuesta abajo que proximamente se vuelve una lomada. En la esquina, el taller, con sus coches de antaño esperando ser reparados por esas manos gastadas, llenas de tiempo. La alegría desborda mi corazon y las palpitaciones aumentan. Es cruzar el umbral y recibir ese abrazo contenido en el tiempo. Ver esos ojos de cielo. Recibir el afecto mezclado con emoción. Escuchar el paso de un carro, el saludo de algún vecino. Ingresar a la casa y empaparme de olor a pizza... sentir el fresco inviernal acorralado en algún recoveco. De fondo suena el candombe en la radio y se mete en mis venas. Al ratito una pequeña atención, un obsequio con amor. Y el paso fugaz que graba una vez mas en mi memoria esa visita tan esperada. Pues la casita de mis abuelos, es la casita robada de un cuento, con un final incierto que permite a mi deseo, buscar y jugar en el baúl de la felicidad, el paisaje más encantador.