El numero infinito está allí. Cada formula da por resultado cada uno de los movimientos implicados en el universo. Mientras vivo sin detenimiento, el número infinito está allí y está en mi cuerpo. Más allá del tiempo, lo realmente caótico es equilibrio que se rompe y vuelve a cero. Busco la ecuación que me lleve al secreto, incansablemente me quemo. No hay linialidad en los acontecimientos, sino una espiral de encadenamientos. Lo realmente visible es engañoso a mis sentidos, pues hay un mundo paralelo, absolutamente desconocido. Otra perspectiva con otra mirada. Ese mundo surrealista, escasamente lo visualizo en sueños.