miércoles, 13 de agosto de 2008

La muerte



Tic, tac, tic, tac... Torturante, tirano, testigo fiel al paso de mi vida. Insensible, mecánicista, ideal ficticio de un quebranto real. Marca los pasos, acelerándolos o simplemente desgastándolos. Tic, tac, tic, tac... Desde el comienzo hasta el final. Mantiene vivo su corazón mecánico, mientras el mío envejece sin más. No hay retorno. Jamás volverá a existir un principio, sólo el que fue. Dudo que mi deseo pase por allí, no tolero esa idea. Tampoco tolero la idea de inmortalidad. Solo cabe para mi una idea, que difícilmente se desligue del tiempo, y es la idea de mi propia muerte, esa sombra que simplemente espera por mi, espera por el, espera por ti.... solitaria, alli, fría y astuta, alli....