Llanto visceral, impulso que irrumpe desde lo más profundo y nuevamente un silencio sepulcral. Alma reclama. Mi estomago vibra y una grieta comienza a partirme en dos. Entonces la cabeza es el peor sitio. La cabeza es el volcán sin erupcionar. La sensación de flotar en la marea me arrastra hacia lo más profundo. El aire se corta con cuchillo y mi garganta su vuelve granada. Dejo un mar de lágrimas en mi almohada. DOLOR.
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