martes, 23 de octubre de 2007

El placer de viajar...

Me veo sometido y supeditado a la disponibilidad y buena voluntad de los encargados de transportar vidas en la línea 159. Y si... es correr contra el tiempo, ver la meta más próxima y sentir la gloria al alcance de mi mano... Pero no.... resulta lo contrario, cuando en suma apariencia se refleja una enorme y larga fila de seres dispuestos a bloquear mi fácil y cómodo acceso. Salga a la hora que salga, ellos estarán allí, totalmente organizados. Ni hablemos del regreso... jamás vi en mi vida tantos caminos humanos bifurcados... es tan solo ver que la puerta de vidrio se pliega, y ELLOS a la orden de Áura! corren como malón... ya lo había expresado don Alfredito en alguna canción ... Que se nos vienen, que se nos vienen!! y éstos justamente no son gringos. Notablemente un tipo bien vestido, puesto por la empresa pa'organizar un poco la cosa, depronto se hace humo, como diría alguna doña: Y... cuando las papas queman. En ese momento es elegir entre lo rápido y furioso, y lo eternamente lento, pero cómodo. Miro la hora, y termino sometiéndome a la presión de la masa humana. El retorno se vuelve complejo. Suspiros, quejas, golpes intencionales o no, una sumatoria de cosas que te dejan en estado hipnótico. Una voz que grita: A ver si se corren para el fondo que hay lugar... Y vos mirás y pensas, este loco que se fumó? ya no cabe ni un alfiler. Despues la cosa se calma. O van enchufados con música en los oídos, o simplemente cada uno idiotizado con su celular (reconozco que el sistema te lleva a eso y muchas veces soy parte de él). Bajar es lo complicado. A falta de espacio, algunos terminan siendo obstáculo peligroso. Y no puede faltar la clásica puteada: Donde queres que me meta, vieja de mierda!!! o el clásico y ponderable: Escuchame, si queres viajar cómodo, tomate un taxi!!! notable. Asi están las cosas. No recuerdo bien en que momento nos enseñaron que cagarse en el otro es un buen ejemplo. Y eso que hablo de cosas mínimas, porque si empezamos a pispear cosas mas grosas, bue... dejémoslo ahí.

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